Puede que hayas oído hablar de los pólipos en el colón en algún momento, inclusive es posible que tú misma los sufras o que alguien de tu círculo personal los haya padecido. Tu duda más básica será sin duda ¿son graves? Bien, los pólipos en el colon son mayoritariamente benignos.
Sin embargo, no por ello pueden pasarse por alto, porque a largo plazo, pueden evolucionar de modo canceroso. Con lo cual, siempre se opta por una colonoscopia para eliminarlos. Pero… ¿Qué síntomas presentan?¿Cómo podemos percibir su presencia Hoy, en nuestro espacio, abordamos este tema. ¿Nos acompañas?
1. ¿Qué son los pólipos en el colon?
Puede que la simple palabra te asuste. Si en algún momento tu médico te diagnostica “pólipos en el colon”, es muy posible que te quedes desconcertada, preguntándote de qué se trata. ¿Son bultos? ¿Son algún tipo de infección? Un pólipo en el colon es en realidad algo bastante común: un crecimiento anormal dentro de las propias paredes del colon o intestino grueso.
Los pólipos pueden ser redondos como ves en la imagen superior, o más bien planitos. Como ya sabes, esta zona de nuestro organismo es esa parte que se encarga de canalizar y redirigir toda la materia fecal que, finalmente, será expulsada por el recto.
Es una zona muy vulnerable en ocasiones a las bacterias, a las inflamaciones… y no es extraño que, a veces, aparezca esta realidad que, a fin de cuentas, es bastante habitual. No debes, pues, alarmarte ni pensar inmediatamente en lo peor.
Como te hemos indicado al inicio, la mayoría de los pólipos son benignos. Sin embargo, requieren de una intervención para eliminarlos de nuestro intestino: una colonoscopia. Señalarte también un aspecto que nos comentan los médicos: los pólipos, de tener una forma más plana, tienen más probabilidad de ser cancerígenos. Pero una vez más incidimos en que no debes alarmarte, hay tratamiento y por lo general casi siempre son benignos.
2. ¿Quién es más “sensible” de padecer pólipos en el colon?
Hay personas que tienes más predisposición que otras. Estas dimensiones que ahora te referenciamos son sólo orientativas, pero nunca determinantes, hay tenerlo claro. En ocasiones, nos pueden diagnosticar pólipos en el colon y no tener ninguno de estos antecedentes pero, por lo general, debemos tener en cuenta estos factores
- Tener más de 50 años.
- Padecer sobrepeso.
- Ser fumador/a.
- Tener un familiar que haya sufrido un cáncer de colon.
- Beber alcohol.
- Tener una vida muy sedentaria y seguir una alimentación incorrecta alta en grasas.
La mayoría de los pólipos en el colon suelen cursar de modo asintomático, en especial en sus inicios, cuando se están formando. No ocasionan dolor y, como al principio son pequeños, no ocasionan problema para el funcionamiento óptimo del intestino grueso.
Ahora bien, a medida que son más grandes pueden tropezar ya con la materia fecal. Y al rozar, sangran. Es entonces cuando vemos ya las primeras pistas. Así que toma nota de estos datos que debes tener en cuenta:
- Ver tus heces muy oscuras.
- Percibir, que al limpiarte, hay presencia de sangre en el recto.
- Sentir algo de escozor y dolor cuando estás evacuando.
- Sentir cierto escozor interno cuando comes algo picante o muy sazonado.
Para concluir, incidimos una vez más en el hecho de que son muchas las personas a las que se les descubren los pólipos casi por casualidad cuando se hacen otro tipo de pruebas secundarias. Cuando tu médico tenga que hacerte las pruebas para verificar su frecuencia, y su número, debes saber que vas a tener que hacerte una colonoscopia.
No es una prueba cómoda, pero es muy eficaz. No te preocupes y sigue siempre las pautas que te indiquen los profesionales. Es un pequeño trance que pasa rápido.
Por lo general, el médico siempre optará por extirpar los pólipos del colon. A largo plazo pueden cursar para acabar siendo cancerígenos, así que vale la pena deshacernos de ellos. No te preocupes, siempre se obtienen buenos resultados y los pacientes pueden seguir llevando una vida normal.
¿Puedo prevenir de algún modo los pólipos de colon?
Los pólipos en el colon no pueden prevenirse al 100%. No hay ninguna técnica ni suplemento que nos permita evitar este tipo de realidades. Sin embargo, podemos prevenir en un pequeño porcentaje su aparición si seguimos unos hábitos de vida adecuados y saludables, además de una alimentación que nos permita cuidar el colon y nuestra salud digestiva.Toma nota:
- Cuida tu peso, evita ante todo la obsesidad.
- Elimina malos hábitos, como el tabaco.
- Consume diariamente una manzana verde.
- La avena es esencial para el día a día, nos aporta ese nivel imprescindible de fibra ideal para el colon.
- Cada día, en ayunas puedes tomar o bien un vaso de agua tibia con limón, o una cucharada de aceite de oliva con unas gotas de jugo de limón.
- Las infusiones con aloe vera y limón son también muy saludables.
- Consume vegetales como la betabel o remolacha, el brócoli, las alcachofas…
- Consume probióticos, esenciales para conseguir bacterias que cuiden de nuestra flora bacteriana.
- Una cucharada de aceite de menta. Si la tomas 3 veces por semana después de tu almuerzo, cuidarás de tu salud intestinal, lo depurarás por dentro y sanarás todo el tracto gastrointestinal. Vale la pena tenerlo en cuenta.
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